El sentido se desprende de una nota como del verbo para dar a beber lo que siente … ¿el actor? ¿el músico? ¿el autor?, un instante de memoria que toma cuerpo en el temblor de un sonido, de un ritmo, de un movimiento.
El aire se tiñe de emoción, como si en el agua apretáramos una esponja empapada de sal … para que nazca la mar.
El arte es un juego, y nos prestamos a él como al amor, como a la vida, como al sueño o al recuerdo. Con toda la fe del alma pura y entera. Sabiendo que mañana acabará, que la función no es infinita … y sin embargo ¿quién puede ver el final?
